Ranking de Movilidad Urbana en España 2019
- La creciente dispersión de la población santiaguesa hacia los municipios del entorno ha provocado el aumento de la dependencia del coche (40%) y un bajo uso del transporte público (12%)
- La organización ecologista ha analizado el grado de compromiso con la movilidad sostenible de doce ciudades evaluando el grado de cumplimiento de sus propios Planes de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS)
- En esta semana de elecciones municipales, Greenpeace recuerda la importancia de la movilidad sostenible que prioriza a las personas frente al transporte privado
Santiago de Compostela, 20 de mayo de 2019.- Santiago necesita más contundencia para reducir el uso del coche en el interior de la ciudad. Esa sería una de las conclusiones del análisis encargado por Greenpeace sobre doce ciudades españolas (Albacete, Barcelona, Bilbao, Madrid, Málaga, Murcia, Palma, Pamplona, Santiago de Compostela, Sevilla, Valencia y Zaragoza) con el objetivo de evaluar el grado de compromiso de sus ayuntamientos con respecto a sus propios Planes de Movilidad, comparando varios indicadores relacionados con su oferta de transporte público, su red de vías ciclistas y calles peatonales o su nivel de contaminación y ruido, entre otros.
Santiago ocupa la penúltima posición de este ránking con una puntuación de 4,4 sobre 10, solo por detrás de Albacete (3,7), siendo ciudades que pese a su tamaño y compacidad se ha detectado un abuso del coche para trayectos cortos, fácilmente realizables andando o en bicicleta.
En la capital gallega, el uso del vehículo privado (superior al 40%) está muy condicionado por la creciente dispersión de su poblaciónen favor de los municipios colindantes. No en vano cada día entran a la ciudad el doble de los habitantes censados. El Plan de Movilidad de Santiago arrancó en 2011 con horizonte hasta 2018, ofreciendo propuestas muy concretas en materia de transporte público, pero con falta de detalle y alcance en el resto de ámbitos, sobre todo en lo referente a peatones, bicicleta, accesibilidad y participación pública.
La elevada presencia del vehículo privado contrasta con el bajo uso del transporte público (12%). A cambio, Santiago presenta un Centro compacto así como un bajo índice de motorización. Ambas condiciones propician la movilidad de proximidad, sobre todo a pie, un modo que conjuga con la importancia de la movilidad turística, motivada por ser punto final del Camino de Santiago.
En este contexto, Santiago de Compostela se enfrenta al reto de generar ejes preferentes para el transporte público que mejoren la conexión entre barrios y con los municipios de su entorno. Asimismo, debido a su dispersión y la de su área metropolitana, la integración tarifaria y la intermodalidad son aspectos a considerar para mejorar las cifras actuales.
Bilbao encabeza la clasificación elaborada por Greenpeace. La capital vizcaína es la ciudad mejor valorada en movilidad con una puntuación de 6,9 sobre 10. Le siguen en segundo lugar Valencia (6,6) y en tercer puesto Barcelona (6,5). Las tres ciudades destacan por una apuesta decidida por los modos sostenibles, con medidas de gran calado que están permitiendo reducir el uso del coche y mejorar la calidad de vida de su ciudadanía.
Sevilla y Madrid obtienen una puntuación intermedia de 5,9 puntos. La ciudad andaluza destaca por sus buenos índices en los desplazamientos a pie y en bicicleta, mientras que Madrid ha lanzado buenas medidas como el Protocolo Anticontaminación o 'Madrid Central'. Le siguen en la clasificación Zaragoza (5,5), Málaga (5,2) y ya en suspenso Murcia (4,8), Pamplona (4,6) y Palma (4,6).
Ciudades para las personas: el reto de la movilidad sostenible
Hace un año Greenpeace lanzó a diez ciudades (Albacete, Barcelona, Madrid, Palma, Pamplona, Santiago de Compostela, Sevilla, Soria, Valencia y Zaragoza) el reto de convertirse en "Ciudad Neopolitan" y ser así pioneras de una revolución urbana que hiciera sus municipios más sostenibles y mejorase la calidad de vida de sus habitantes, como una herramienta para luchar contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Para ello, debían poner en marcha cambios sustanciales en aspectos tan críticos para una ciudad como la gestión de residuos, la eliminación de plásticos de un solo uso, la contaminación, la movilidad sostenible o la alimentación.
"Las ciudades deben asumir los retos planteados en materia de movilidad sostenible tomando medidas valientes que pongan a los peatones -y no a los coches- en el centro de sus políticas, tal y como describen en sus propios Planes de Movilidad Urbana." ha declarado Adrián Fernández, Responsable de Movilidad de Greenpeace.
Con estos resultados, y dada la importancia que tienen hoy por hoy las ciudades en la lucha contra el cambio climático, Greenpeace demanda que las ciudades deben ser pioneras en la movilidad urbana sostenible. A las puertas de las elecciones autonómicas y municipales, Greenpeace exige responsabilidad a los grupos políticos y critica especialmente las posturas que abogan por eliminar medidas ya en marcha como 'Madrid Central', las 'Supermanzanas' de Barcelona o los carriles bici de Valencia, las cuales son necesarias para lograr los objetivos de sostenibilidad en las ciudades propuestos por Greenpeace.
Fuente Greenpeace España

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